Los optimistas, tienen razón. Los pesimistas también. De nosotros depende escoger qué seremos. - Harvey Mackay

lunes, 18 de marzo de 2013

Nunca llueve a gusto de todos

Todos coincidiremos que la lluvia es algo bueno. La lluvia purifica la atmósfera y a partir del agua que nos proporciona, podemos obtener energía.  El agua ayuda que los cultivos y plantas no mueran, llena los pantanos y aumenta el caudal de los ríos de los cuales sacamos el agua potable.

Entonces ¿por qué a mucha gente no le gusta que llueva si es algo tan bueno? La gente se queja de que al llover, el suelo se embarra, de que la lluvia produce charcos que te ensucian, de que no deja ver si vas conduciendo, de que te fastidia los planes (como un partido de fútbol o una excursión) o de que simplemente te mojas y es un fastidio ¿Por qué con tantas cosas positivas que tiene la lluvia nos centramos en estos detalles tan poco importantes?

He estado pensando en esto y he llegado a la conclusión de que a la gente le suele importar más lo que le sucede a uno mismo que a los demás. En este caso, nos parece algo malo porque lo que nos afecta directamente es negativo y no tenemos en cuenta de que es algo necesario y que aporta cosas muy positivas y necesarias.

A la gente le suele importar más la implicación que tiene en uno mismo que lo que hay más allá. En este caso, nos parece algo malo porque lo que nos afecta directamente es negativo y no tenemos en cuenta de que es algo necesario y que aporta cosas muy positivas y necesarias. El ser humano es egoísta por naturaleza y solemos ver aquello que nos afecta directamente y no mucho más. Triste, ¿no? Pero es así.


Javier S.


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